Van por acá las palabras en blanco, las palabras que no existen y que no no. Van por var, van por var. Seguimos recorriendo el camino de una lengua nueva, agitada; centro y periferia a la vez.
La única corazonada que tuve al escribir fue que me estabas leyendo, que yo te estaba escribiendo, que en algún lugar amanecía y que ni ellas ni nadie logrará arrancarme un sí a sus planes de borrar el cielo con las manos.