Digo así, "otra pas", para hablar de otra pasada, no tecladeo de la paz. No estoy en falta sino en sobra, siempre estoy en sobra.
Otra de ayer, que vuelve hoy. Las sortijas que saqué en la calesita que lleva por testa. Una vuelta más y otra más. Mareos por llegar a ningún lado.
Quedo allá, en ella. No me dio redención, castigo ni perdón. Un paseo, dos, tres, cuatro, tal vez cinco. Un café. Alfajores. Telones feos y pesados. Sombras de mala muerte, vida ingrata y eternidad dudosa.
No me olvida, pero tampoco me recuerda. Y así, tan cierto como suelto de cuerpo, yo digo que cada tanto la muchacha lejana lee estos insomnios sólo por placer.