Todo bien, chichis, pero preferiría estar tomando un vino patero con Castellani, hablando de la psique, de la transformación en Cristo, de las bases ontológicas de la literatura universal. Y junto a Castellani, Perón: el Zorro me enseñaría a persuadir, a granjearme el fervor de las masas y a patear el culo blanco de la maldita oligarquía mundial. Me gustaría que ambos lean el prólogo de mi novela y me palmeen la espalda. Ya en pedo, quisera ver llegar a Marechal (¡cristiano y peronista!), fumando una florcita, acompañado de dos hippies andariegos buena onda: a golpe de palo santo y charango, espantar a los espíritus del sionismo y la Masonería internacional: enterrarlos en sus malditos túneles para toda la eternidad. Hacer una fogata con mi uniforme de gendarme y que salga un fuego verde del cuál emergan los alegres fantasmas de todos los papas y vivarlos y mirar al cielo y ver a Cristo guiñándonos el ojo, asegurándonos con el pulgar levantado la aquiescente estadía en el Cielo, junto a Dios.
Todo bien, chichis, pero preferiría estar tomando un vino patero con Castellani, hablando de la psique, de la transformación en Cristo, de las bases ontológicas de la literatura universal. Y junto a Castellani, Perón: el Zorro me enseñaría a persuadir, a granjearme el fervor de las masas y a patear el culo blanco de la maldita oligarquía mundial. Me gustaría que ambos lean el prólogo de mi novela y me palmeen la espalda. Ya en pedo, quisera ver llegar a Marechal (¡cristiano y peronista!), fumando una florcita, acompañado de dos hippies andariegos buena onda: a golpe de palo santo y charango, espantar a los espíritus del sionismo y la Masonería internacional: enterrarlos en sus malditos túneles para toda la eternidad. Hacer una fogata con mi uniforme de gendarme y que salga un fuego verde del cuál emergan los alegres fantasmas de todos los papas y vivarlos y mirar al cielo y ver a Cristo guiñándonos el ojo, asegurándonos con el pulgar levantado la aquiescente estadía en el Cielo, junto a Dios.