Ser tu propia ternura, refugio de sueños y templo de esperanza. Darte el derecho a ser débil, sentir y sufrir. Tu paz. Rezar en soledad. Temblar. Llorar. Más que un animal deseoso de reproducirse, al punto de querer matar a otros machos, sos un ser de Dios. El que se abstiene de derramar sangre en pos de derramar semen, se convierte en padre del mundo e hijo del Señor...
Ser tu propia ternura, refugio de sueños y templo de esperanza. Darte el derecho a ser débil, sentir y sufrir. Tu paz. Rezar en soledad. Temblar. Llorar. Más que un animal deseoso de reproducirse, al punto de querer matar a otros machos, sos un ser de Dios. El que se abstiene de derramar sangre en pos de derramar semen, se convierte en padre del mundo e hijo del Señor...